sábado, 22 de noviembre de 2008

I had a dream...

¿Pueden los sueños alterar nuestra percepción de la realidad? La pregunta y su respuesta me han causado más de un desvelo.
Para quienes tenemos el privilegio de soñar y recordar, las imágenes oníricas, sus sonidos, sabores y aromas pueden ser una diversión, una fuente de inspiración, una liberación de las tensiones y un largo etcétera.
Sin embargo, algunos sueños tienen un poder que intimida porque rompen los códigos o las leyes que asumimos controlan su relación con el mundo de la vigilia. Existen sueños que cambian de una manera inexorable el modo en que vemos el mundo cuando estamos despiertos.
Pesadilla o encanto, nos turban haciéndonos sentir estupefactos al volver al mundo de los vivos. Nos dan asco y nos repugnan, nos hieren y nos vencen o nos alegran y nos divierten.
¿Cómo es posible que la nada pura de un sueño sea capaz de alterar el todo pétreo de la vigilia?
Como el Faraón y sus vacas flacas, yo he soñado mi desvelo.
Pienso y sólo me remito al Segismundo de Calderón. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,una sombra, una ficción,y el mayor bien es pequeño:que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son.
¿A cuántos un sueño puede alterarles la vida?